Elecciones presidenciales en Colombia bajo una óptica antiespecista.
En estos convulsos tiempos y en medio de, tal vez, las elecciones más atípicas de la historia reciente, donde por primera vez podría ganar una propuesta alternativa que implique un cambio de paradigma sin precedentes en la manera como se ha orientado la política del país durante toda su historia, nos preguntamos acerca del papel que pueda llegar a jugar el antiespecismo en la construcción de un nuevo país, sobre las posturas de los candidatos y la posibilidad de dar importantes avances en la política hacia la Liberación Animal.
Un necesario análisis que puede aportar luces al movimiento antiespecista sobre las reivindicaciones, el seguimiento, el control político ciudadano y la mejor manera de dar acompañamiento al nuevo gobierno, dentro del escenario de la política representativa, en el camino hacia el Fin del Especismo.
por Germán Ramos Pulido | 28 mayo 2022
Una cosa es clara y creemos que es pertinente señalarla. El especismo como cosmovisión, como ideología, ha permanecido junto a la historia de la humanidad desde hace mucho tiempo. Realmente mucho, mucho tiempo. Y por ello, resulta apenas lógico comprobar que todo lo que como sociedad hemos construido, tiene una pesada carga especista por defecto. En absolutamente todos los escenarios de la sociedad es detectable la permanencia de esta visión de mundo, y la política, por supuesto, no es ajena a esto.
Por esta razón, no resulta para nada extraño que absolutamente todas las ideologías políticas, los partidos y por supuesto los actuales candidatos a la presidencia de Colombia, basen sus discursos e ideas programáticas en la concepción de que los demás animales y los seres que conforman lo que llamamos el medio ambiente, tienen valor en la medida que benefician a los humanos, son concebidos incuestionablemente como propiedades de los humanos o como recursos, es decir, cosas dispuestas ahí, bien por una deidad o bien por la "naturaleza", para ser explotados a conveniencia de la especie Homo sapiens.
La gran mayoría de los candidatos presidenciales muestran en sus propuestas, en mayor o menor medida, una conciencia y una preocupación por la cuestión social que atañe a los humanos, al medio ambiente (preocupación que corresponde al perjuicio que de este se puede derivar para la existencia y el bienestar de la humanidad) y a los animales no humanos (pero no a todos los no humanos, sólo hacia aquellos más cercanos a nosotros, perros y gatos y sobre aquellos que padecen un sufrimiento innecesario, porque eso, cada vez más, nos parece moralmente inaceptable); sin embargo en sus programas no existe de momento una mirada profunda respecto de la cuestión animal y mucho menos un cuestionamiento acerca de la esclavitud a la que los humanos los tenemos sometidos. En definitiva, la visión desde donde se parte para proponer la construcción de país no cuestiona de manera alguna el especismo y sí, por el contrario, lo perpetúa.
¿Pero existe alguna postura personal o de plan de gobierno que pueda estar más dispuesta a comenzar a recorrer un camino divergente (un camino en donde podamos concebir el valor del otro en sí mismo y no exclusivamente en el beneficio que de este podamos obtener)? Y si bien, ninguna de la propuestas oficiales puede considerarse antiespecista, ¿Qué es lo que se puede inferir de sus posturas, sus alianzas, sus programas de gobierno, si las analizamos bajo una mirada antiespecista?.
Rodolfo Hernández publica un vídeo donde dice haber rescatado a un pato que permanecía encerrado en una jaula para liberarlo, lo que en principio podría dar indicios de una postura cercana al tema que nos incumbe, ¿pero realmente su programa y sus propuestas cuestionan el status de propiedad de los animales no humanos, encerrados en jaulas muchos de ellos? La realidad es que no. Muy por el contrario se refiere a los humanos, hombrecitos como él los llama, sometidos a pagar hipotecas y altos intereses durante mucho tiempo como "vaquitas lecheras" (con la correspondiente normalización y legitimación de la dominación animal que esta frase trae implícita), término este que no es cuestionado de ninguna manera por ningún analista y ni siquiera por sus opositores, centrados todos sólo en la injusticia que padecen los miembros de la especie humana, los "hombrecitos".
Federico Gutiérrez, el candidato del establecimiento, es quien más abiertamente muestra su posicionamiento especista. En videos publicados por su campaña muestra el apoyo incondicional al sector caballista (mismo sector que pinta caballos con el emblema de la campaña, reiterando con esa nueva "marca" el carácter de propiedad que para el especismo tienen los animales que no pertenecen a la especie humana), y si bien manifiesta que no asiste a corridas de toros, termina por legitimar esa práctica aberrante con el ya gastado discurso del respeto (respeto claro a quienes torturan y son esclavistas de animales no humanos, porque el respeto hacia los toros ni siquiera se contempla). Y como si todo esto no fuera suficiente, aparece en fotos junto a unos perros de raza (que muy probablemente fueron comprados, como si de mercancías se tratara) en un intento de carácter manipulador por hacerse ver como un "amigo de los animales", mientras apoya esta idea con una propuesta populista sobre el rescate de animales en condición de calle que sólo demuestra su desconocimiento del tema y que fue denunciada públicamente en un video [1] por el concejal antiespecista de la ciudad de Cali, Terry Hurtado. Por lo demás no sobra recordar que el sector ganadero expropiador de tierras y de la vida de animales humanos y no humanos es uno de sus aliados más poderosos.
El caso de Gustavo Petro y el Pacto Histórico es particular. Al recordar su paso por la alcaldía de Bogotá, es innegable no acudir a los avances que se dieron: la sustitución de los vehículos de tracción animal con su correspondiente proceso de adopción, el cierre de la plaza de toros para eventos donde se torture y asesine un animal, entre otros. Su programa de gobierno contiene una alusión a implementar en los primeros cien días de gobierno una política de bienestar animal que garantice acabar con el tráfico ilegal de animales y con los espectáculos que involucren maltrato animal. Además, hace pocos días firmó unos compromisos con la senadora electa y animalista Andrea Padilla sobre algunas directrices de protección y bienestar animal, que mejoran las condiciones de explotación, pero no cuestionan el status de propiedad a que tenemos sometidos a los animales de otras especies.
¿Pero quiere decir todo esto que exista en Petro y en su movimiento un cuestionamiento profundo del especismo?. No necesariamente. Y a decir verdad, en varias ocasiones, resulta en todo lo contrario. En su programa también existe la propuesta de fomentar y proteger la industria del cuero. Por otro lado, en la oportunidad en que el dueño de un centro de explotación animal llamado "Panaca" se refirió a los votantes de Petro en los pasados comicios electorales de 2018 como "animales", pocas voces se manifestaron, dentro del Pacto y sus simpatizantes, en contra de la concepción de lo animal como un insulto, como algo inferior e indeseable. Más bien, por el contrario Gustavo Bolívar, senador muy cercano a Petro, twitteó sobre cómo el centro de explotación de este señor sería beneficiado dentro de un posible gobierno de Petro gracias a su política de incentivo y fortalecimiento del turismo. Y en recientes declaraciones hechas en entrevistas [2] y debates, el líder de la Colombia Humana ha declarado que tanto los derechos como la política "es lo que nos diferencia de los demás animales, que sin los derechos nos mataríamos unos a otros como lo hacen los animales". Lo que nos cuestiona, principalmente en dos aspectos: primero, ¿Cuál es la necesidad en Petro de generar esa distancia, de marcar esa diferencia absoluta que construye ese discurso acerca de qué es lo que nos diferencia del resto de animales? y segundo, ¿realmente los demás animales que han constituido sociedades complejas, no toman decisiones, no son políticos y sólo son guiados por su instinto?, ¿de verdad no existe noción alguna de "derechos" dentro de ninguna de las miles de especies animales que han existido y existen actualmente?
Cuestiones claro, que merecen un intenso y profundo debate que tendremos que dar en algún momento.
"Queremos dejar de ser esclavos de los fuertes, pero nos negamos a dejar de ser tiranos de los débiles". Julio R. Barcos.
De los demás candidatos muy poco por decir (además de que tienen muy pocas posibilidades para ganar). Sergio Fajardo con propuestas de carácter ambiental, muy generalistas y con aportes de igual talante en cuanto a bienestar animal. Otro, un pastor cristiano de corte conservador, con todo lo que implican esas dos ideologías para la perpetuación de la dominación animal. Otro candidato conservador, de tendencia bien marcada hacia la derecha y otros dos que hace poco renunciaron a su aspiración presidencial. Ninguno con alguna postura o propuesta que nos permita inferir un pequeño atisbo, un indicio de que el tema antiespecista pueda llegar a tener cabida.
Sin embargo, tras haber analizado el debate ambiental [3] que se presentó antes de las elecciones parlamentarias, se hizo evidente en uno de los precandidatos por el Pacto Histórico, al menos una cercanía con el antiespecismo. Camilo Romero en varios momentos de ese debate y particularmente en la respuesta dada al entonces precandidato Jorge Robledo (quien de manera despectiva mostró todo sus desdén frente a la preocupación "por las plantas y los animales y no por los humanos") dejó ver que además de conocimiento tiene una definida postura frente al tema antiespecista. Y es precisamente él, quien junto al ya mencionado concejal antiespecista de la ciudad de Cali, Terry Hurtado, fueron encomendados por Gustavo Petro para desarrollar la propuesta animalista del plan de gobierno. El resultado de este trabajo, tras intensas reuniones con más de 600 personas humanas (muchas de éstas activistas) en todos los departamentos del país y con al menos 171 organizaciones animalistas de todo tipo, fue un documento [4] de doce páginas titulado "Hacia una sociedad libre de especismo", un texto que vale la pena conocer y analizar, ya que plantea , desde la política pública, claras directrices de manejo gubernamental en temas interconectados con el avance social, tecnológico, ambiental, educativo y ético.
Cabe aclarar que hasta el momento ni Gustavo Petro ni el Pacto Histórico han aprobado este documento de manera oficial como programa animalista de su campaña, aún cuando ya fue entregado de manera personal al mismo Petro. No tenemos certeza de lo que pueda suceder en un eventual gobierno del Pacto Histórico respecto al cuestionamiento del especismo, sin embargo podemos prever que muchos animales van a resultar beneficiados y se darán grandes avances en materia de protección y bienestar animal. Aún así, consideramos que es ésta la única alternativa donde puede comenzarse, desde la política representativa, el largo y complejo camino hacia el Fin del Especismo en nuestro país.
Este editorial pretende ser un llamado amable a la coherencia dentro de una propuesta que se posiciona por la Vida y por la Libertad, una invitación a ver más allá de lo humano, a comprender de manera sabia que la esclavitud, que la propiedad sobre el otro y que la dominación, son injustas y son violencia, más allá de la especie sobre quien se ejerzan. Un entendimiento que objete la idea de superioridad que los humanos nos hemos adjudicado sobre todos los organismos que cohabitan este planeta y haga posible la convivencia armónica y pacífica con otros quienes son diferentes a nosotros, pero con el mismo derecho a existir en este hermoso planeta. Una conciencia que nos permita mirarnos hacia adentro, también entender de qué sistemas de dominación aún participamos y actuar en consecuencia con la justicia, el respeto y la ética. Un posicionamiento contra el especismo como origen y potencializador de toda injusticia derivada de la idea de que unas vidas valen más que otras. Parafraseando como en otrora dijera el pedagogo anarquista Julio R. Barcos, "Queremos dejar de ser esclavos de los fuertes, pero nos negamos a dejar de ser tiranos de los débiles".
Como también, este editorial pretende evidenciar ante el movimiento antiespecista que el campo de la política es sólo uno de los escenarios donde el especismo se manifiesta y que se hace necesario comprender de qué maneras opera y bajo qué dinámicas se establece en todos y cada uno de los espacios de la sociedad, para de esta manera comenzar a concebir y construir un trabajo que cimente las bases de la construcción del camino hacia el Fin del Especismo. En definitiva, hay todo por hacer más allá de la política.
Un mundo nuevo, justo y en libertad, libre de especismo está por construirse. Y es nuestra tarea comenzar a concebirlo.
Germán Ramos Pulido
Realizador de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Colombia. Activista Antiespecista desde el año 2013. Miembro fundador de la organización: EvoluZOOn-Pensamiento & Acción por la Vida y la Libertad de los Animales, que a través del arte, la educación y la cultura, busca generar conciencia y reflexión, incentivando a la acción, por los Derechos de los Animales, el Fin del Especismo y la Liberación Animal. Editor en Jefe en la Revista Antiespecista Crisálida, una iniciativa surgida desde la Marcha por el Fin del Especismo, que EvoluZOOn organiza en la ciudad de Bogotá-Colombia. Miembro de la Red de Investigadores/as Colombianos de Metal y Rock (RICMYR).
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Estamos construyendo un nuevo mundo, justo y en libertad, y el especismo debe acabar!
Publicado bajo licencia internacional de Creative Commons (CC BY-NC-ND 4.0)
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